ALEXANDER GRAHAM BELL Y LA POLÉMICA DEL TELÉFONO. NATGEO.

UNA INVENCIÓN CONFLICTIVA.

alexander graham bell y la polémica del teléfono.

Graham Bell es conocido por ser el inventor del primer teléfono patentado, sin embargo también trabajó en el campo del sonido y en el desarrollo de sistemas que fueran aptos para sordos, además de ser uno de los fundadores de National Geographic Society.

Josep Gavaldà

02 de marzo de 2020.

Biografías Inventos Curiosidades de la historia.

Retrato de Alexander Graham Bell.
Foto: CordonPress

Considerado como el inventor del teléfono durante 143 años, Alexander Graham Bell, nacido el 3 de marzo de 1847 en Edimburgo, fue desposeído de tan honorable honor el 11 de junio de 2002, cuando el Congreso de los Estados Unidos aprobó la resolución 269 por la que se reconocía que fue el italiano Antonio Meucci, quien inventó el teléfono en 1854 (aparato al que el inventor llamó teletrófono) simplemente para poder conectar su oficina con el dormitorio donde yacía su esposa enferma. Meucci, que hizo una demostración pública de su aparato en 1860, no pudo renovar la advertencia de patente a causa de su situación de penuria económica. Si hubiera podido pagar los diez dólares necesarios para mantener la advertencia después de 1874 no se habría concedido la patente a Bell.

Tampoco se puede atribuir al inventor escocés la primera frase pronunciada a través de este aparato. El término «teléfono» se debe al científico e inventor alemán Johann Philipp Reis, que hacia 1860 pronunció una frase en un aparato similar, pero que nunca llegó a perfeccionar. Ésta fue bastante más extravagante que la que pronunciaría Bell años después: «Das pferd frisst keinen gurkensalat» (El caballo no come ensalada de pepino).

DEMANDAS Y BATALLAS LEGALES

Graham Bell tuvo que hacer frente a mas de seiscientas demandas por parte de sus competidores entre las que se encontraban la del inventor Elisha Gray y la del propio Meucci. A pesar de esto, Bell siempre supo defender sus derechos ante los tribunales, lo que le valió ser considerado durante años como el inventor legal del teléfono. La competición por saber quién fue el primero en presentar la solicitud de patente en la oficina de registro fue muy reñida.

El 14 de febrero de 1876 empezó una batalla legal, técnica e histórica que ha mantenido a los académicos ocupados durante casi un siglo y medio. Durante este tiempo se ha intentado responder a varias cuestiones cruciales: ¿Qué patente fue la que llegó primero a la oficina? ¿Cuál de las dos inventos fue el primero? Y, sobre todo, ¿plagió Bell el transmisor de Gray tras tener acceso a la advertencia de patente de su rival? ¿Fue ésa la clave para que Bell pudiera transmitir sus primeras palabras por teléfono el 10 de marzo de 1876?

Bell siempre fue capaz de defender sus derechos ante los tribunales, lo que le valió ser considerado durante años como el inventor legal del teléfono.

Algunos autores como A. Edward Evenson han defendido la hipótesis del plagio. Evenson, en su libro The Telephone Patent Conspiracy of 1876, llegó a la conclusión de que fueron los propios abogados de Graham Bell, y no el inventor, quienes copiaron el diseño de Gray en la versión de la patente que finalmente fue depositada con el número US178399A . Asimismo, en la obra The Telephone Gambit, su autor, Seth Shulman, documentó ampliamente el plagio. Según Shulman, éste fue posible gracias al soborno de un examinador de patentes llamado Zenas Wilber. Pero en el bando opuesto, los partidarios de Bell argumentaron que su trabajo se basó en sus propias investigaciones y que el transmisor de Gray no era funcional. Sea como fuere, el 7 de marzo de 1876 Bell recibió la concesión de la patente.

Graham Bell durante una demostración en 1892
Foto: CordonPress

VISIÓN DE NEGOCIO

Según el Conservador Emérito de Colecciones de Electricidad del Museo Nacional de Historia de EE. UU. de la Smithsonian Institution, Bernard Finn: «El ‘plagio’ de Bell puede decir algo de su carácter (o del de sus abogados), pero no tiene nada que ver con la invención». Aunque Bell se inspirara en el transmisor líquido de Gray, esta petición de su patente no fue aceptada. Según Finn: «Bell tuvo problemas con el dispositivo (debido, pienso según mis propios experimentos, a la descomposición del agua), y regresó al transmisor de inducción». Por este motivo, Finn opina que el supuesto plagio no fue tan decisivo para el trabajo de Bell, sino «más bien una distracción». Finn resuelve la polémica con el siguiente argumento: «Bell vio más claramente que Gray las posibilidades comerciales, solicitó la patente y continuó trabajando en su invención, que se introdujo al año siguiente. El hecho de que Gray depositara una advertencia sugiere que no estaba seguro del alcance de lo que hacía; no tuvo esa visión de futuro y dejó escapar el tiempo crítico».

«Bell vio más claramente que Gray las posibilidades comerciales, solicitó la patente y continuó trabajando en su invención, que se introdujo al año siguiente».

Tres días después de que se emitiera su patente, el 10 de marzo de 1876, Bell logró que su teléfono funcionara. Para ello usó un transmisor líquido similar al del diseño de Gray. La vibración del diafragma hizo que una aguja vibrara en el agua y que ésta variara la resistencia eléctrica en el circuito. Cuando Bell pronunció la famosa frase: «Mr. Watson venga aquí, quiero verle» en el transmisor líquido, su ayudante Thomas Augustus Watson, que estaba escuchando en la habitación contigua, recibió el mensaje con claridad.

Demostración pública de su invento en 1877.
Foto: CordonPress

ANÉCDOTA REAL

El teléfono de Graham Bell se convirtió en la atracción de la Exposición Universal celebrada en Filadelfia con motivo del primer centenario de la Independencia de los Estados Unidos, en 1876. Los invitados, entre los que se encontraba el emperador del Brasil, Pedro II, pudieron admirar el reciente invento. La anécdota de la exposición la protagonizó el propio Pedro II cuando le pusieron en la mano el aparato de Bell. El emperador lo examinó atentamente, y cuando comprobó que salían voces de él, lo soltó alarmado y exclamó desconcertado: «¡Pero esto habla!».

En 1877 se creó la Bell Telephone Company, y en 1886 mas de 150.00 estadounidenses ya poseían un teléfono. Los ingenieros de la compañía introdujeron varias mejoras en el aparato, en 1879 la empresa compró las patentes de Edison para adquirir el micrófono de carbón de la Western Union. Esto hizo que el teléfono fuera más práctico para largas distancias, al contrario que el transmisor accionado por voz de Bell que requería que los usuarios gritaran para que se les oyera aún en las distancias cortas.

En 1877 se creó la Bell Telephone Company, y en 1886 mas de 150.00 estadounidenses poseían un teléfono.

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