EL VIBRADOR, DE TRATAMIENTO MÉDICO A JUGUETE SEXUAL. NATGEO.

el vibrador, de tratamiento médico a juguete sexual.

Este aparato eléctrico nació en 1883 para que los médicos trataran una patología inexistente, la histeria femenina, y a mediados del siglo XX se convirtió en un símbolo DE la revolución sexual femenina.

Matteo Dalena

06 de marzo de 2020.

Inventos Curiosidades de la historia.

01 Invento vibrador mujer femenino. Foto. Album
Foto: Album

Símbolo de la liberación sexual femenina a partir de la segunda mitad del siglo XX, en la actualidad el vibrador es un juguete erótico utilizado por mujeres (y hombres) que buscan únicamente satisfacer su placer sexual. Pero este artilugio nació como un instrumento médico, para mecanizar la antigua práctica del masaje pélvico, hasta entonces hecho manualmente y que trataba de aliviar los sufrimientos de mujeres afectadas por una enfermedad inexistente, la histeria femenina.

Star Electric Massage Vibrator, de The Fitzgerald Manufacturing Company (1920).
Foto: Alamy / ACI

El desdén médico hacia el sexo femenino se tradujo en el diagnóstico de una serie de síntomas que abarcaban desde el insomnio, la respiración entrecortada, irritabilidad, retención de fluidos, o «tendencia a causar problemas» como histeria femenina (del latín tardío histerecus, «útero»).

UNA ENFERMEDAD INEXISTENTE.

Desde la Antigüedad se creía que esta patología dependía de un mal funcionamiento de la sexualidad femenina: un útero sofocado por una acumulación de semen no usado, que debía ser descongestionado llevándola al «paroxismo histérico», es decir, con un orgasmo terapéutico. Se han necesitado más de dos mil años para una consideración adecuada de la histeria, que ha pasado de patología de naturaleza sexual femenina a una condición psicológica que puede darse en personas de ambos sexos, trastornadas «hasta el límite de la irracionalidad» y sujetas a emociones incontroladas o excesivas.

Desde la Antigüedad se diagnosticaban una serie de síntomas tan vagos como el insomnio o la irratibilidad como histeria femenina, una enfermedad inexistente que supuestamente se curaba con masajes pélvicos

Así, todavía a mediados del siglo XIX el masaje pélvico manual, que exigía más o menos una hora de tiempo al paciente, era considerado por los médicos una actividad fatigosa, y ya desde finales del siglo XVIII, en Inglaterra, se intentó facilitarlo por medio de la hidroterapia. Muchas instalaciones termales, como las de Bath, disponían de chorros de agua estimulantes en departamentos femeninos especiales.

Un médico practica un masaje pélvico para tratar la histeria. Grabado. Siglo XIX.
Foto: Scala, Firenze

RESTABLECER EL EQUILIBRIO

El paso siguiente fue la «ducha pélvica francesa», basada en un chorro de agua a gran presión, que estimulaba esta zona del cuerpo femenino: «La primera impresión […] es dolorosa, pero pronto el efecto de la presión (la percusión), la reacción del organismo al frío, que enrojece la piel, y el restablecimiento del equilibrio provocan en muchas personas una sensación tan agradable que es necesario tomar precauciones para que todo ello no supere el tiempo prescrito«.

Fue el médico estadounidense George Taylor quien, entre 1869 y 1872, patentó una serie de aparatos que podían, según decía, curar la llamada «hiperemia pélvica», es decir, una acumulación de sangre en la región pélvica. El más eficaz de los artilugios que creó fue sin duda el Manipulator: un grueso instrumento cuya vibración se podía comparar, según el propio inventor, «a los golpes de un martillo infinitesimal sometido a una acción continua y muy rápida».

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